Clase 5: Gramsci (Segunda parte)

“Gramsci y el Bloque Histórico”

Hola nuevamente a todos y a todas, en la clase del día de hoy vamos a seguir trabajando y avanzando en relación al texto ¨Gramsci y el bloque histórico¨, para eso, creemos esencial recordar que lo hecho hasta acá  fué  una breve y resumida aproximación al perfil de Gramsci, a manera de presentación para todos aquellos que desconocían o  contaban con pocos datos en relación al pensador italiano.

Además de una contextualización de tiempo y espacio del autor, también recurrimos a  la necesaria descripción de una serie de circunstancias o hechos históricos/políticos, que se constituyen como definitorios y enmarcan el pensamiento o muchas de las ideas centrales de Gramsci.

Teniendo ya un abanico de datos necesarios, comenzamos a introducirnos en los conceptos centrales y fundantes para nuestra materia, recordando que el punto de partida lo constituyó la tópica marxista de estructura y superestructura, que describe en primera instancia la visión tradicional o, si se nos permite, la visión más ortodoxa de dicha teoría. 

Recuerden que ya nos ocupamos de explicar qué se entiende por estructura y superestructura para, paso seguido, abordar el concepto más original y novedoso de Gramsci, que con su mirada superadora y distintiva propone la idea de BLOQUE HISTÓRICO.

El autor entiende este concepto como el vínculo orgánico o relación imbricada entre la estructura y la superestructura. Al bloque histórico siempre lo constituye este vínculo, que por otra parte define una situación histórica global.

Una vez definida la noción de Bloque Histórico, Gramsci se centra en la composición de la superestructura, donde reconoce a la sociedad política y la sociedad civil; y a ésta última la define como el espacio privilegiado donde se juega la hegemonía de una sociedad; y cuando hablamos de hegemonía, inevitablemente nos referimos al espacio de la ideología.

Entendemos a la ideología como una cosmovisión que se manifiesta en todos los aspectos de la vida social y se conforma o materializa en la hegemonía.

Siguiendo la teoría gramsciana, asumimos que la sociedad civil constituye el espacio privilegiado de dirección ideológica de una clase sobre otra,es decir que direcciona ideológicamente al resto de la sociedad en función de sus intereses de clase.

En este punto, nos imaginamos que se pueden estar haciendo las siguientes preguntas: ¿Cómo se logra, de qué manera? ¿ Cómo se ejerce esa dirección?

La respuesta tiene que ver con lo que Gramsci denomina “estructura ideológica y material ideológico”.

La estructura es el espacio concreto, material donde es posible esta dirección ideológica. Algunas estructuras ideológicas paradigmáticas son la familia, la escuela, los medios de comunicación, la iglesia, los partidos políticos, las corporaciones,las empresas, etc.

Es importante resaltar que además de los espacios mencionados anteriormente, Gramsci reconoce otras instancias que también hacen posible y vivencial este proceso de dirección ideológica; que aparecen mucho más ocultas, naturalizadas en las prácticas cotidianas y por lo tanto, son muy difíciles de percibir. Como por ejemplo, los nombres de las avenidas y calles, los nombres de las escuelas,los nombres de los ferrocarriles, las imágenes que aparecen en los billetes (dinero), ciertas celebraciones y rituales, las  fechas que se recuerdan en el calendario, etc.

Otro de los aportes significativos que este pensador realiza sobre la ideología, es reconocer hacia su interior, cuatro grados variables y decrecientes de sistematicidad y coherencia.

Estos cuatro grados cualitativos que conforman la hegemonía no impactan todos de la misma forma. Para explicarlo de manera sencilla, digamos que Gramsci considera que la ideología como dimensión, tiene cuatro grados de distinta jerarquía o importancia que la constituyen, y desarrolla estos conceptos desde el más importante al menos importante; como se detalla a continuación:

1.  FILOSOFÍA
2.  SENTIDO COMÚN
3.  RELIGIÓN
4.  FOLKLORE

Filosofía: Definida por su importancia definitiva como la Piedra Angular de la ideología,  constituye el grado máximo de coherencia. Estudiar a la filosofía implica estudiar todos los emprendimientos que las clases fundamentales motorizan para darle coherencia al mundo, en defensa de sus intereses de clase. Transcribo una frase que ejemplifica la idea: ¨Es el saber, el pensamiento de algunos que sintetizan el pensamiento de cierto momento histórico¨, es decir que se trata de la visión de mundo de la clase dirigente convertida en visión de todos.

Damos algunos ejemplos para entender lo dicho; las nociones  de PROGRESO, PROPIEDAD, ORDEN, son (entre otras) filosóficamente angulares y hegemónicas en nuestra forma de pensar y vivir la vida, funcionan como preceptos que tienen que ver con nuestro espacio vital.

Sentido Común: En estrecha relación con la Filosofía, aparece el sentido común. Gramsci afirma que ¨El sentido común es la filosofía de las masas¨.  El sentido común  no es otra cosa que nuestra vida de todos los días. Es lo que claramente y de manera habitual definimos como sentido común;  se trata del espacio vital de lo cotidiano, si se nos permite, es la vulgarización de los principios o valores rectores. Funciona como conocimiento colectivo, desparramado, compartido.

Algo muy importante que señala  Gramsci es que ¨una clase social llega a constituirse o permanecer como hegemónica o fundamental, cuando logra convertir en nacional sus intereses particulares¨. Para el intelectual italiano, la política articula el vínculo entre la filosofía y el sentido común.

La hegemonía tiene que ver con el sentido, las cosas tienen sentido hegemónicamente, cuando se empieza a debilitar o perder el sentido, la hegemonía aparece seriamente comprometida. El sentido común es el lugar cotidiano donde la filosofía cobra sentido, en tanto no sea sentido común no es hegemonía.

Religión: Gramsci  plantea este grado como un fenómeno interindividual, reconociendo la existencia de tantas religiones como creyentes de una religión. Constituye a juicio del autor, una forma específica de sentido común.

Folklore: El folklore del que nos habla Gramsci, no es el folklore de Los Nocheros,  o del Chaqueño Palavecino;  lo constituyen los resabios de ideologías tradicionales que por diversas razones no pueden tener acceso a la historia. No pueden conformarse como historia. Son resabios tradicionales que son utilitarios al sentido común en tanto resabios, con tradición pero sin historia, analizados en un continuo hoy, es siempre un tipo de conocimiento disperso, fragmentado.  La ideología hegemónica necesariamente atraviesa la memoria y conforma una visión de lo que pasó.

Una vez desarrollado y explicado los cuatro grados de la ideología, es crucial entender el concepto gramsciano de HEGEMONÍA.

Decíamos antes que Gramsci profundiza el estudio de la superestructura y que la divide  en dos dimensiones: Sociedad Política y Sociedad Civil, que la Sociedad Política constituye el espacio de la violencia, de la coerción, de la imposición, fundamentalmente del Estado con todo el poder del Estado y con los Aparatos de Estado. Además reconoce a la Sociedad Civil como el conjunto de las organizaciones vulgarmente llamadas privadas, (todo lo que está por fuera del estado) como espacio de la dirección, de la dirección ideológica, de la adhesión. Por lo tanto si estamos hablando de ideología, dirección y adhesión estamos hablando de hegemonía. 

De la multiplicidad de definiciones existentes en relación a la hegemonía, creemos que la que logra resumir mejor la idea es la siguiente: ¨Hablar de hegemonía es hablar de un fenómeno colectivo de adhesión y creencia, que tiene que ver con la época que  nos toca vivir, que se desarrolla históricamente y que se manifiesta en todas las cosas de nuestra vida¨. 

La hegemonía es la materialización de la ideología, atraviesa la sociedad y conforma una mirada, una mirada no única pero sí una mirada similar, acotada en sus propios límites. Es importante tener claro que nunca es un hecho cristalizado, siempre se está conformando, por eso decimos que la hegemonía tiene que ver con nosotros, un nosotros colectivo. Somos nosotros desde nuestras vivencias, relaciones y prácticas que la vamos conformando; es por eso que hablamos de fenómeno colectivo, nunca individual: somos todos en la hegemonía. 

Tengamos presente que si hablamos de hegemonía, hablamos de adhesión; también tengamos presente que “no hablamos” sino que “somos hablados”, nos referimos entonces a  una  una instancia donde no podemos pensarNOS por fuera del espacio vital donde SOMOS. Y así, en este “siéndonos”, los dejamos “pensándose”…, hasta la próxima!