“Slavoj Žižek y la ideología”
Hola a todos, nos encontramos nuevamente aquí en la página de la cátedra, con la firme intención de conocer, profundizar, reflexionar y avanzar en relación al autor que vamos a trabajar por lo menos en dos clases seguidas: Slavoj Žižek.
Del intelectual esloveno, nos vamos a permitir trabajar distintas producciones teóricas discursivas que consideramos centrales y significativas en relación a los contenidos pilares de nuestra materia, reconociendo la vastedad y complejidad de dichas producciones.
En la misma línea de lo que venimos haciendo con los autores anteriores, describiendo rasgos distintivos de sus perfiles, nos proponemos iniciar este recorrido a partir de una breve descripción del autor (poco abordado y estudiado en nuestra Facultad ), aún considerando que en los últimos tiempos, y en particular desde la irrupción de la tragedia del coronavirus, se ha ido popularizando su figura a través de columnas de opinión en distintos medios de comunicación y redes sociales.
Slavoj Žižek, nace en Liubliana ciudad importante de la actual Eslovenia, el 21 de marzo de 1949, crece en un contexto signado por el devenir histórico de una convulsionada Yugoslavia (Bloque del Este) gobernada por el Partido Comunista bajo la férrea conducción del mariscal Josip Broz Tito, quien si bien se referencia bajo la órbita del poder soviético, adopta una postura relativamente independiente, crítica y equidistante del Kremlin, llegando inclusive a convertirse en un referente político importante en la conformación y funcionamiento de lo que se llamó en su momento el Movimiento de Países No Alineados.
Gran parte del período de formación profesional de Žižek, coincide con el proceso de expansión de la ilusión de una sociedad más justa e igualitaria en occidente, que se reconocía en el espejo de las experiencias socialistas del este. No obstante ello, y si bien se identifica con ese ideal, mantiene una postura crítica en relación a los alcances de ciertas prácticas cotidianas del comunismo. Vive el proceso de burocratización del régimen, la crisis del mismo y su posterior decadencia, el período convulsionado de la transición, el desmembramiento de Yugoslavia, el terrible trauma de la guerra de los Balcanes y el retorno a nuevas formas capitalistas de explotación y dominación. Nos permitimos sugerir a quienes quieran una mayor aproximación al contexto descripto, ver la película Underground también conocida como Érase una vez un país, del director de cine Emir Kusturica.
Vivió en su país como intelectual de izquierda, marginado de los lugares decisorios del poder, acusado o visto como un pensador ¨peligroso¨ para los objetivos nacionales, sin dar mayor importancia a su visión negativa, devastadora y apocalíptica respecto a los alcances y fines del capitalismo mundial. En esta frase se condensa su mirada: ¨El capitalismo no trabaja por el bien por mucho que intente adoptar un rostro sensible y humano¨.
Nuestro filósofo, psicoanalista y político (recordemos que fue candidato a presidente en su país) tiene una compleja y variada formación teórica, surgida de la lectura y estudio profundo del idealismo alemán (en particular del idealismo objetivo de Schelling y del idealismo absoluto de Hegel), el psicoanálisis ( fundamentalmente Lacaniano ) y el marxismo (en especial el concepto de ideología).
Los principales aportes teóricos, igual que gran parte de sus escritos, se ocupan del abordaje de problemáticas coyunturales que generan alta repercusión social, desde una mirada política global; siendo una de sus principales preocupaciones la noción de una inminente catástrofe mundial y sus consecuencias ideológicas.
Es importante señalar que una de sus características más sobresalientes, radica en reconocerse y presentarse como un intelectual radical, orador extrovertido, hábil y ácido polemista, provocador nato, siempre dispuesto a generar ideas, aportes y opiniones que la mayoría de las veces contradicen o enfrentan decididamente el sentido común.
Otro de los puntos que merecen ser señalados en su perfil, es la permanente recurrencia a momentos o escenas de diversas películas, con especial preferencia por el cine de Hollywood: desde el cine mudo de Charles Chaplin, Alfred Hitchcock, David Lynch, sin olvidarnos que también realiza citas frecuentes a fragmentos de la literatura universal (Shakespeare, Kafka) o de la ficción popular (Agatha Christie, Conan Doyle, Stephen King ). Y como si esto fuera poco, con frecuencia suele utilizar a manera de recurso explicativo, momentos de óperas del siglo XXVIII y XIX, además de ejemplos provenientes de la biogenética, de las neurociencias y de la física cuántica.
Ahora bien, ya presentado en sociedad, ingresemos a sus ideas principales. Para empezar a entender por dónde discurre el pensamiento de Žižek, es indispensable pensar en términos del modelo lacaniano del famoso “nudo borromeo “( tres nudos entrelazados entre si, que si se desata uno, se desatan los otros dos y si se tensa uno, se tensan los otros dos).
Los tres nudos, remiten necesariamente a sus tres referentes o sostenes teóricos: Jacques Lacan, Georg Hegel y Karl Marx.
Para Žižek, el planteo de Lacan ilumina a los otros dos, por lo tanto para comprender qué es la ideología y las formas en que ésta se manifiesta en los discursos sociales hay que referirse al psicoanalista francés y a Marx con abordaje de la ideología.
Lejos de cualquier pretensión, la mirada que proponemos sobre los conceptos del psicoanálisis, del cual carecemos de formación profesional, se centra en el interés de esta materia sobre la noción de realidad descrita por Lacan y retomada por Žižek para analizar el concepto de ideología.
Lacan va plantear desde la perspectiva del famoso nudo borromeo, la existencia de tres dimensiones que conforman una tópica: lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico, asumidos como áreas o registros de lo psíquico.
Lo Real: Es entendido como núcleo duro, algo traumático, que no puede ser simbolizado, es decir que no puede ser puesto en palabras. Lo Real no tiene existencia positiva, sólo existe como obstruido. No constituye ninguna especie de realidad detrás de la realidad, sino que es el vacío que deja la realidad incompleta. Lo Real es todo aquello que tiene presencia y existencia propia no reductible a representación. Lo Real es lo que no podemos pensar, imaginar, representar; es decir lo inconceptualizable. Lo no conocido, lo no alcanzado por el lenguaje, por lo tanto lo que no existe, lo que carece de sentido. La dimensión de lo que no encaja, de lo que no podemos situar. Lo Real para nosotros sería entonces lo pre-ideológico, todo lo anterior a la ideología; por lo tanto lo que no existe.
Lo Imaginario ( lo que podemos imaginar, representar) y lo Simbólico ( lo que podemos formular), constituyen el espacio de la Realidad.
La Realidad, no es la cosa en sí, sino que siempre está simbolizada, constituida, estructurada por mecanismos simbólicos. El problema reside en el hecho de que esta simbolización nunca es completa, nunca es acabada, nunca logra cubrir por completo lo Real; en resumen esta simbolización siempre fracasa.
Para expresarlo más simple y sencillo, la realidad nunca es directamente ella misma, se presenta y cobra existencia sólo a través de un proceso de simbolización.Es interesante reflexionar en relación a lo anterior, ya que Žižek a partir de lo expuesto incorpora un concepto original y perturbador, que es el de espectro ideológico. Para que se entienda: como la simbolización es siempre incompleta, ya que nunca puede dar cuenta de todo lo Real, el espectro le da cuerpo, le da presencia a lo que escapa de la realidad. El núcleo preideológico de la ideología consiste en la aparición espectral que llena el hueco de lo Real. La Realidad nunca está completa, lo que el espectro oculta no es la realidad sino lo primordialmente reprimido de ella.